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martes, 20 de abril de 2010

Luciérnagas y estrellas. Operación contrabajo.

Nos levantamos de mañana con el sonido del hacha cortando maderos sobre un durísimo tocón, y tras el desayuno con tortas y panes ignacianos, comenzamos la operación “contrabajo”.

Mientras el equipo de profesores “esféricos” da sus clases por la mañana, Silvia y yo trasladamos el contrabajo con la ayuda de Pinki, el subdirector de la escuela, a Vipúnune, el taller de luthería de Miguel Uche, donde se compendia la tradición de los primeros luthieres americanos. En el taller cuelgan violines rústicos moxeños y violines modernos moxeños, además de guitarras, charangos y toda suerte de pedazos de maderas rojizas y blancas.







Los ojos de Miguel Uche Nuni repasan la longitud de la cuerda, y sus manos se apoyan en el puente para calcular la magnitud de la operación. Se trata de rebajar la altura del puente y de la cejilla para acortar la distancia de las cuerdas con el batidor y así facilitar a Luz que sus deditos bajen la cuerda con más facilidad. Dos horas de pruebas y retoques consiguen que el instrumento esté a punto. Silvia repasa que el campo de vibración de la cuerda no roce con nada y así conseguir un sonido más puro. Listo. Luz lo agradece con una enorme sonrisa. Ahora sí.




Toda la tarde se desarrolla con clases. Nos encontramos unos a otros en los pasillos y compartimos risas y bromas con los alumnos. El patio de la escuela rebosa vida, ilusión y música. Tras las clases individuales y seccionales la orquesta se reúne en el auditorio. Las sonatas 9 y 10 se suceden. Todos asentimos sonrientes. El sonido de los primeros acordes nos suenan a trabajo bien hecho. Todo está más afinado, más riguroso, mejor cuadrado y mucho más unificado.
Tras la cena, donde el batido de guineo es el triunfador de la noche, celebramos en un karaoke el éxito de la jornada brindando con la cerveza “Paceña” y alzando nuestras voces con canciones de ambos lados del charco.



Las luciérnagas y las estrellas se funden en el cielo moxeño. Detenemos el regreso a casa, ya sin luz eléctrica alguna en las calles, para admirar la amalgama perfecta entre el movimiento parpadeante de las luciérnagas y el estatismo regio de las estrellas.

Esa imagen nos acompaña hasta el plácido sueño.

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3 comentarios:

  1. ¡Que el mundo abra los brazos a Sphera AntiQva! Vuestro valor afina la música de la vida.

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  2. Las experiencias matutinas y la visión insólita de las luciérnagas y el estatismo regio de las estrellas nos llegan como de otro mundo. Aquí no tenemos ya ni la ocurrencia de mirar el cielo estrellado. ¡Estáis disfrutando de experiencias increíblemente auténticas y sencillas que serán irrepetibles!Es envidiable.

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  3. Desde luego que leyendo estos post te dan ganas de salir de casa y descubrir el mundo que nos rodea para compartir experiencias humanas. Vosotros tenéis la suerte de acercaros a las personas con la música. Disfruta y guarda todas esas experiencias antes de regresar al globalizado mundo moderno.

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