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Cuando el avión aterrizaba no sabíamos si eran lagos u océanos. El agua era un laberinto que se entretejía con rocas negras y montañas. La luz cegadora y muy amarilla. Estamos aterrizando en el fin del mundo. El avión toca el suelo y un aplauso comienza a sonar. Ushuaia, la ciudad más austral del planeta nos da la bienvenida.
Antes de esta llegada muchas horas de viaje. Viaje TransOceánico Madrid-Buenos Aires. Desayuno a base de alfajores (de dulce de leche, chocolate, capuccino) y vueltita por el centro: Avenida Corrientes, obelisco, Teatro Colón, Plaza de Mayo, Casa Rosada, estatua de Juan de Garay y paseo por Puerto Madero. No dio tiempo más que a eso....y fuimos al Aeroparque para volar de Buenos Aires a Ushuaia.
Ahora con el cuerpo molido la cama se vuelve no la mejor, sino la única opción.
Sorpresa del día: una tía de Paloma, la cantante, ha aparecido en el hotel. Vive aquí. Al sur del Sur.
Mañana nos preparará un asado típico. Mmmmmm.
lunes, 5 de abril de 2010
El Fin del Mundo no es mal sitio para comenzar
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