
Las clases se han centrado en la preparación técnica y musical de la nueva grabación discográfica de la orquesta de la escuela de San Ignacio de Moxos. Hemos distribuido a los chicos en grupos y secciones. Todos los miembros de Sphera AntiQva hemos impartido clases individuales y colectivas.

Silvia atendió las dudas y peticiones de Luz, la contrabajista de la escuela. Alejandro coordinó a los violonchelos mientras que Miguel se encargó del continuo de Alcides y Abraham, el organista y el clavecinista. Pablo ensayó con violines y yo con vientos: flautas, oboes y fagotes. La respuesta de los chicos está siendo rápida y en general están muy motivados.

El cielo nos regala cada noche un espectáculo maravilloso. Podemos disfrutar de una claridad total en la bóveda celeste. A las doce de la noche se apaga el generador de gasolina y se corta la corriente eléctrica en toda la población. El cielo se enciende, y los sonidos animales de los alrededores nos recuerdan en qué entorno nos encontramos. El calor es húmedo. El cansancio nos vence y caemos rendidos. Algunos con la piel quemada tras la excursión de la laguna.

Sphera AntiQva ya forma parte del sentir y vivir la música de los músicos moxeños.
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